Numerosos cambios
han aturdido mi vida. Chocantes como quien golpea con brutal fuerza un
superficie rígida. Constantes como si te gritan algo repetidas veces pensando
que no lo escuchas.
Visitar ese
lugar, que por unos años has borrado de tu cabeza, es como volver atrás en el
tiempo. Como si visitas tu pasado. Como si llegas y dices “Hola, vengo del
futuro” Como si una avalancha de sentimientos antiguos pasa por encima de ti.
Como quien se va a un viaje indefinido y vuelve a casa.
Los últimos años,
se podrían designar como “años de cambios” Ha cambiado todo. Desde las cosas
más insignificantes, hasta las más resonadas. La manera de pensar. La manera de
mirar las cosas. He crecido, creo. He conocido nuevas personas, del mismo modo,
he perdido antiguas. La rutina que he llevado haciendo dieciocho años, ha
cambiado de los pies a la cabeza. Mi manera de escribir se ha re-direccionado.
He aprendido una cantidad incontable de cosas. La conducción. Nuevo deporte.
Uso de nuevos programas informáticos. Lecciones para la vida.
He cambiado. Mi
alrededor ha cambiado. Las personas que me acompañan han cambiado. El mundo
está en un contante cambio permanente. Con el paso del tiempo, las personas
aprenden y cambian. Todo cambia.
Al llegar, a esta mi casa, me he dado cuenta de lo mucho que me preocupaba por tan poca cosa. He recordado todas las emociones vividas en este, mi lugar, mi segunda casa. Aquí he guardado muchas experiencias. Se podrían coleccionar todo tipo de emociones y sentimientos.
Suena estúpido, quizás lo sea. Porque una simple página web no se puede convertir en un hogar. Pero yo vivo escribiendo. Compartiendo lo que escribo, aunque sólo sea una tercera parte de ello. Para mí, este es mi hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario