A una velocidad de 100bpm con tan solo una mirada. Él la miró. Ella, con su vertido de seda blanca y en los labios un fuerte carmín rojo brillante, sentía su mirada encarcelada en su piel color canela fuerte. Él convencido de que realmente era un ángel, le acarició su mejilla con la delicadeza más fina y le miró a los ojos. Ella que no era capaz de hundirse en su mirada, si lo hacia la velocidad subiría a más de 150bmp, le miraba los labios. Él, con sus ojos color cielo, sentía su timidez y poco a poco se acercó a sus labios…
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