Se trataba de ser especialista en un blog de publicidad. Algo ocurrió. Terminé escribiendo todo aquello que me venía a la cabeza.

martes, 15 de noviembre de 2011

Todo a su servicio


Iba andando por la calle contoneándose, meneando la cabeza, sin importarle lo que los demás pensaran de ella. Llevaba la cabeza bien alta y con el engreimiento un paso por delante. Caminaba en línea recta como las modelos de pasarela. Su piel desprendía un fatigoso aroma a soberbia. Sus ojos azules claro, como el mar, creían levantar las miradas de todos. Su supuesta sonrisa despreciaba a los demás. Tan solo era amiga cuando y de quien ella creía conveniente. Andaba por la calle presumiendo de lo que no tenía y riendo de lo que sí tenían lo demás.
El orgullo la alimentaba, el ego se apoderaba de ella, la soberbia le controlaba. 

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